Hacia una economía de impacto regenerativo: un enfoque de ecosistemas

Desde hace algunos años el concepto de “ecosistema” se ha trasladado de las ciencias naturales a la jerga del nuevo emprendimiento sostenible. Hoy se habla de ecosistemas de innovación, de startups, de impacto, de regeneración, de emprendimiento, pero hay poco acuerdo respecto a la significación del término.

Para nosotros en Impact Hub, un ecosistema emprendedor está formado por las personas, instituciones y organizaciones que lo habitan, compartiendo la responsabilidad por su desarrollo y sostenibilidad, entendiendo que la comunidad es el sustrato que lo nutre.

Nuestro Índice de Ecosistemas de Impacto 2020 sigue un modelo teórico que incluye una lista de 23 indicadores agrupados en los tres ejes clave: Económico-empresarial, Sociocultural, y Medioambiental, que permiten evaluar las condiciones iniciales que afectan al ecosistema, así como los retornos o resultados obtenidos en términos de impacto económico, social y medioambiental.

Como puede verse, el concepto de triple balance es central para nuestro modelo. El mismo integra el impacto económico, el impacto social y el impacto ambiental en un enfoque que busca ir más allá del puro afán de lucro económico.

Partimos de la idea del ecosistema de impacto regenerativo. ¿Pero cuál es la definición de ecosistema en este contexto?

Una definición posible

En un artículo publicado en ScienceDirect.com, Ove Granstrand y Markus Holgersson (2022) llegaron a comentar hasta 21 definiciones del término “ecosistema” de innovación antes de aventurar la que hasta ahora parece ser la definición más clara. Extrapolándola al ámbito del impacto regenerativo, podríamos decir:

Un ecosistema de impacto regenerativo es todo conjunto dinámico de actores (personas, empresas, organizaciones, comunidades) y sus actividades, los artefactos que intercambian (productos y servicios), las instituciones que los rigen, así como sus respectivas interrelaciones (bien sean de competencia o de cooperación) que son relevantes para su desempeño de impacto y regeneración dentro de ese mismo ecosistema.

Impacto y regeneración: un paso más allá

Entendemos por economía de impacto aquella que busca resultados positivos no solo en términos financieros, sino también en el ámbito social y medioambiental. En lugar de enfocarse únicamente en la rentabilidad para los accionistas, las empresas de impacto dirigen sus esfuerzos hacia la creación de valor compartido, atendiendo aspectos sociales como la pobreza, la desigualdad o la exclusión, a la vez que buscando mitigar el cambio climático, promover la sostenibilidad y regenerar los ecosistemas, es decir, incluyendo en su balance los aspectos social y ambiental. De esta manera, la economía de impacto transforma el paradigma empresarial al integrar objetivos financieros y de impacto positivo a largo plazo.

La economía regenerativa lleva este enfoque un paso más allá. De buenas a primeras el término hace pensar en la regeneración y restauración de los ecosistemas naturales, pero en realidad engloba a todo el ecosistema productivo. Es un concepto integral cuyo principio rector se basa en la sostenibilidad y los ciclos naturales para comprender el modo de producción. La magnitud principal aquí es la localización en el territorio, ya que las dinámicas de regeneración productiva responden a sinergias locales que se alimentan y potencian mutuamente. Se apunta así a un sistema circular que propicia ecosistemas productivos de impacto positivo, perdurables en el tiempo. En una economía que, mediante la integración de lo local, trasciende la actual globalización. O como se ha formulado, una economía “glocal”.

El mapeo de ecosistemas

Mapear un ecosistema es una herramienta que se aplica en muchos ámbitos y que sirve tanto para arrancar un emprendimiento como para promover la innovación, o mantener actualizada una capacidad operativa y estratégica constante. Acto seguido vemos aquí abajo, por ejemplo, el mapa del ecosistema de startups en Suiza. Ha sido realizado por SICTIC, la red de angel investors de ese país e ilustra muy bien la riqueza contenida en una economía contemplada desde esta perspectiva.

En este caso, el ecosistema ha sido dividido en ocho ámbitos:

  • Plataformas y asociaciones de información
  • Incubadoras y aceleradoras
  • Inversores
  • Premios y ayudas
  • Consultoría y coaching
  • Coworking y formación
  • Ciencia, enseñanza y divulgación

Lo que hacemos

En Impact Hub realizamos el mapeo de ecosistemas de impacto en dos pasos, diseñando cada solución ad hoc:

El primer paso es la identificación de los actores clave dentro del ecosistema y la creación y dinamización de conexiones significativas entre ellos. En este proceso, conocemos los intereses, necesidades y la aportación de valor de cada uno respecto al reto planteado, para establecer una dinámica de interacción y de suma positiva en la que todos ganen.

El segundo paso es la creación de espacios de colaboración donde los miembros del ecosistema puedan reunirse, intercambiar ideas, compartir recursos y colaborar en proyectos conjuntos. Estos espacios pueden ser eventos, un portal online, un programa de capacitación, un hub de innovación…

Determinamos los antecedentes, definimos el problema, establecemos el reto y formulamos soluciones.

En el caso de RegenEra Local Santander 2023 se trataba de activar el ecosistema de emprendimiento para integrar a la ciudad de Santander con el territorio de Cantabria:

  • Convocamos 150 actores de la región para un evento de tres días
  • Lanzamos 20 proyectos regenerativos
  • Capacitamos más de 200 agentes de cambio
  • Integramos 50 organizaciones catalizadoras

Reactivamos y dinamizamos la red de emprendimiento Sarekin de Vizcaya, que había sufrido un duro golpe con la pandemia de COVID-19, mediante encuentros y sesiones de trabajo y el desarrollo de un plan de acción a dos años.

Junto con la BMW Foundation Herbert Quandt, activamos el evento Denkraum Madrid para explorar retos urbanos interconectados de ecología, sociedad y economía partiendo de la innovación en temas de movilidad.

Puedes consultar nuestra actividad con ecosistemas de impacto aquí.

¿Por qué recurrir a este enfoque?

Al atender problemas sociales y medioambientales, la economía de impacto regenerativa provoca una dinámica que crea nuevas oportunidades de negocio donde no las había. Desafíos globales como el cambio climático o la desigualdad abren espacio para la innovación en sectores como las energías renovables, la agricultura sostenible, la economía circular, y los productos y servicios responsables. En lugar de insistir prolongando modelos de mercados saturados, empresas emergentes y tradicionales pueden redirigirse hacia soluciones regenerativas, accediendo a mercados en crecimiento que buscan productos con impacto positivo. Además, la creciente demanda de prácticas empresariales éticas, sostenibles y resilientes, impulsa la competitividad y la diferenciación en un entorno de consumidores cada vez más conscientes y exigentes.

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