Acceder a la innovación: un programa de aceleración propio

Sabemos que los mercados son cada día más competitivos y dinámicos. Una enorme presión para destacarse entre la competencia pesa sobre las organizaciones. También las ONG y las Administraciones públicas se ven cada vez más metidas en esta rueda. La innovación y el emprendimiento son la exigencia del día.

Hay muchas maneras de acceder a la innovación. Lo más inmediato es comprarla para seguir haciendo lo mismo un poco mejor. Pero más arte tiene crear una cultura de emprendimiento e innovación en la propia empresa. Es como la diferencia entre ser reactivos y adaptarse al cambio, o ser proactivos y promoverlo. Una forma de esto último es desarrollar programas de aceleración dentro de la propia organización

Tiempos de cambio

Cada vez se alejan más los tiempos en que un emprendedor inventaba un aparato, lo producía en escala y lo lanzaba al mercado a ver cómo le iba. Hoy en día rigen el “beta perpetuo”, la metodología “ágil” y “lean” (magra), el foco en el usuario, la creación rápida del mínimo producto viable (MPV), diseñar, probar, fallar o tener éxito, crear de nuevo. El propósito de un MPV es poner a prueba una idea de producto con un mínimo de recursos y recoger las opiniones de los usuarios para el desarrollo ulterior. Una dinámica constante de innovación y emprendimiento

¿Para qué todo esto? Por el lado de la oferta, porque se espera así incrementar márgenes y ganancias, además de sacar ventaja sobre la competencia. Por el lado de la demanda, se espera ofrecer algún beneficio o cubrir una necesidad del usuario o cliente. La innovación genera ventaja competitiva porque supone un aumento de la productividad y crea oportunidades inesperadas para crecer.

¿Cómo insertar la innovación y el emprendimiento en nuestra organización? Podemos fomentar el intraemprendimiento de distintas formas, ya tratadas en dos artículos previos (Parte I y Parte II). También, muchas organizaciones crean programas de aceleración o incubación como espacios de experimentación para nuevos emprendimientos. 

Aceleración e incubación

Son términos confundidos con frecuencia que describen dos situaciones diferentes. El rasgo definitorio central es que la incubación ayuda a desarrollar y perfeccionar las ideas de las startups, a menudo proporcionando recursos como espacio físico, orientación y mentoría durante uno a cinco años, hasta obtener un MPV.

En cambio, la aceleración conlleva un programa corto e intensivo (usualmente entre tres a seis meses) que ofrece financiación, formación y mentoría, y que está diseñado para poner a punto rápidamente las startups que ya han pasado por el paso de crear un MPV,  para encarar sus rondas de financiación y buscar escalabilidad

Las diferencias claves serían, tal como las expone el blog de la Harvard Business School

  • Fase del emprendimiento: Los programas de incubación apoyan ideas en etapas tempranas sin un MPV, mientras que los de aceleración requieren un producto desarrollado y un modelo de negocio.
  • Equipo fundador: Los programas de aceleración suelen requerir un sólido equipo fundador, mientras que los de incubación son adecuados para emprendedores en solitario que buscan cofundadores.
  • Financiación y capital: Los programas de aceleración suelen ofrecer financiación a cambio de capital accionario; los de incubación, no.
  • Duración del programa: Los programas de incubación ofrecen apoyo a largo plazo; los de aceleración son cortos e intensivos.

El programa de aceleración corporativo

Se adapta a las necesidades estratégicas de una empresa y actúa como centro de innovación estrechamente alineado con sus objetivos. De acuerdo a la consultora Deloitte, los dos propósitos principales son:

  • Rentabilidad financiera: El programa de aceleración actúa como un fondo de riesgo en una fase temprana, y se centra en preparar las startups para lograr importantes retornos financieros en un plazo determinado.
  • Integración de la innovación: Aquí, el énfasis se pone en insertar en la corporación tecnologías o modelos de negocio innovadores. El programa apoya a las startups que pueden complementar o mejorar la actividad principal de la empresa, facilitando la adopción de nuevas soluciones que impulsen el crecimiento y la eficiencia.

¿Cómo es un programa de aceleración?

Típicamente, un programa de aceleración engloba tres fases. 

  • Una fase de selección por convocatorias en diversos medios, o a través de redes profesionales y el conocimiento de los actores en el ecosistema. Se evalúa el potencial de escalabilidad y de generar retornos, y se toma en consideración el equipo, la existencia de un MPV, el modelo de negocios, la tracción de mercado y la adaptabilidad. Si es un programa de aceleración corporativo, pueden participar intraemprendedores de la compañía

Y last but not least: se cierra un trato entre la organización impulsora del programa y la startup, que  puede contemplar financiación o suministro de recursos a cambio de participación accionaria, préstamos convertibles, u otras variantes.

  • El programa de aceleración en sí mismo, que dura por lo general entre tres y seis meses. El programa facilita una red de mentores, así como apoyo de expertos en distintas materias y  del grupo Alumni (antiguos participantes) de convocatorias anteriores, espacios de oficinas y coworking que propician el intercambio y retroalimentación entre participantes, talleres y sesiones de coaching, y acceso a otros recursos. 

La meta es preparar a la startup para escalar y buscar financiación

  • Finalización y programa Alumni: Típicamente, el programa culmina en un Demo-Day durante el cual las startups “pitchean” su propuesta a inversores invitados. 

Una vez concluido el programa, la red Alumni proporciona apoyo continuado  y oportunidades de creación de redes. 

Saber lo que se quiere

Crear un programa de aceleración corporativo requiere de una estrategia clara. Debe ser un espacio con suficiente autonomía respecto de los procesos y la política de la organización. Es necesaria una disposición real de buscar oportunidades y explorar lo que está más allá del núcleo del negocio, querer entenderlo y atraerlo al seno de la corporación, así como tener una actitud abierta hacia la innovación, el intraemprendimiento, la autonomía y la iniciativa dentro de la organización. 

Siendo así, se pueden destinar recursos para implementar el programa. Es necesario proveer apoyo continuo, estimar cuál será el personal requerido y la dimensión de los negocios que se quieren lograr, así como los necesarios recursos financieros. 

La innovación no es sólo para las empresas

Por otra parte, hemos visto que las metodologías aquí discutidas comienzan a mostrar su relevancia en el ámbito gubernamental y de ONG. Los ejemplos van desde aceleradoras como TrenLab de Renfe, pasando por espacios similares en universidades públicas, hasta experiencias de urbanismo táctico que no son otra cosa que MPV de bajo coste y rápida implementación que permiten poner en práctica soluciones innovadoras. 

Somos Impacto promueve la inversión en una economía social y ecológica. Nos especializamos en acompañar a todo tipo de organizaciones para prosperar en un nuevo modelo productivo de bienestar social, medioambiental y de sostenibilidad económica. Creamos para las empresas programas de aceleración e incubación propios, que se adapten a sus necesidades y ayuden a incorporar una cultura de innovación y emprendimiento constantes, para responder mejor a los retos del mercado. 

Es que está bien pensar, pero también acelerar la marcha.  

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