Historias de impacto: desarrollo regenerativo

Enfrentamos una serie de desafíos globales interconectados, desde el cambio climático hasta la crisis de salud mental, pasando por la degradación del suelo y la escasez de agua. Sin embargo, las soluciones que hemos aplicado hasta ahora suelen fragmentar estos problemas en compartimentos estancos, sin reconocer su naturaleza sistémica. Es aquí donde entra en juego el desarrollo regenerativo, una estrategia que busca abordar estos desafíos desde una perspectiva holística y de interdependencia.

La complejidad de los retos globales

El desarrollo regenerativo parte de la premisa de que no podemos seguir abordando los problemas actuales de manera aislada. Existen múltiples informes y estrategias que han comenzado a reconocer esta interconexión. Un ejemplo es el informe Governance in Complexity de la Agencia Ambiental Europea, que plantea la necesidad de una gobernanza que integre las dimensiones sociales, medioambientales y económicas.

En el ámbito nacional, iniciativas como las Agendas Compartidas de Cataluña y la estrategia RIS3 buscan coordinar a diversos actores en procesos colectivos que trasciendan los objetivos individuales. Se trata de pasar de un enfoque basado en metas aisladas a uno que fomente la colaboración y la creación de estrategias comunes.

Más allá de la sostenibilidad: la regeneración

El desarrollo regenerativo no se limita a minimizar el impacto ambiental de las actividades humanas, sino que busca restaurar y fortalecer los sistemas naturales y sociales. Para ello, es clave adoptar una estrategia abierta y colaborativa, que involucre a todos los sectores: público, privado y sociedad civil.

Lejos de ser una moda pasajera, el desarrollo regenerativo se basa en los principios fundamentales de los sistemas vivos. La naturaleza nos ofrece un modelo de interdependencia, autoorganización y evolución constante. Gregory Bateson, antropólogo británico, lo expresó con claridad: “La mayoría de los problemas a los que nos enfrentamos hoy se deben a una disociación entre cómo funciona la naturaleza y cómo pensamos las personas”.

Por ello, es crucial recuperar nuestra relación con la naturaleza y reconocer que formamos parte de un ecosistema más amplio. Solo así podremos evolucionar hacia un modelo sostenible a largo plazo.

La importancia del territorio

El lugar, entendido como un espacio geográfico y sociocultural, juega un papel clave en el desarrollo regenerativo. No hay dos lugares iguales en el mundo, y cada uno posee una identidad única, conformada por su historia, cultura y recursos naturales.

Los territorios pueden considerarse laboratorios donde la economía, la sociedad y el medio ambiente ya están interconectados. La clave está en identificar qué necesita un territorio y cómo se pueden potenciar sus características para contribuir a un desarrollo regenerativo genuino.

Un ejemplo de este enfoque es el proyecto Raimat Lab en Lleida, liderado por la Fundación Raimat en colaboración con Impact Hub. Esta iniciativa busca impulsar un sector agroalimentario regenerativo mediante la participación de todos los actores implicados: agricultores, empresas sociales, centros de investigación y administraciones públicas. A través de entrevistas y diálogos con estos agentes, se ha empezado a diseñar una estrategia compartida que responda a los desafíos del sector.

Desarrollo regenerativo en las organizaciones

Al igual que los territorios, cada organización es única y su papel dentro del ecosistema económico es clave. Es fundamental que las empresas adopten un pensamiento regenerativo, identificando su identidad y el valor que pueden aportar al entorno en el que operan.

Desde Impact Hub, estamos trabajando para capacitar a las organizaciones en este cambio de paradigma. No se trata solo de adoptar herramientas sostenibles, sino de transformar la cultura interna y fomentar una mentalidad que pase de lo reactivo a lo intencional. La regeneración empresarial implica entender la interdependencia con otros sistemas y colaborar para generar un impacto positivo a largo plazo.

Dos procesos claves en el desarrollo regenerativo

Existen dos procesos fundamentales que definen el desarrollo regenerativo:

  • Autorrealización: Identificar la cualidad única de una persona, una organización o un territorio y potenciarla.
  • Interdependencia sistémica: Comprender que toda actividad económica o social está integrada en un sistema más amplio, lo que requiere colaboración para alcanzar soluciones sostenibles.

Un llamado a la acción

El desarrollo regenerativo no es una utopía, sino una necesidad urgente. Desde Impact Hub, estamos comprometidos en ayudar a organizaciones y territorios a transitar este camino. La transformación comienza con un cambio de mentalidad y con la adopción de enfoques que abracen la complejidad y la interconexión de los sistemas en los que operamos.

Ahora es el momento de actuar y formar parte de esta evolución. ¿Está tu organización lista para dar el siguiente paso hacia la regeneración?

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