Era una gran oportunidad: habíamos recopilado una amplísima caja de herramientas de apoyo emprendedor, alojadas para consulta abierta aquí, pero sentíamos que desarrollar un proyecto simplemente desde la suma de herramientas creaba un Frankenstein.
Deseábamos que The Circle guiase al corazón del proyecto emprendedor de impacto: ¿cuándo ofrece un proyecto la mejor potencialidad a la persona emprendedora, al propio proyecto y a la comunidad a la que sirve, o más amplio, a nivel bio región o mundo?
Además estamos en la década de acción, y es momento de plantearnos si nuestro trabajo puede operar desde otra escala de impacto. También sabíamos que los proyectos emprendedores que realmente transforman vidas se gestaban de forma única.
Lo que sigue puede ser una buena guía práctica para cualquier lector/a con un proyecto en diseño o funcionando que busque dotar a su proyecto de esta chispa de vida, y a lo que podrá dar continuidad en un taller de acceso libre el 19 de enero en Impact Hub Alameda.
De la «mesa de operaciones» del canvas al modelo de diseño regenerativo
Primeros pasos
Lo primero que hicimos en esta sesión fue poner en la «mesa de operaciones» los proyectos de los participantes. Para ello, revisamos primero los procesos de pensamiento de diseño (design thinking) que nos habían llevado hasta ellos, y luego los diseccionamos con un canvas de modelo de negocio. Veíamos que todo esto era necesario, pero nos faltaba aún el corazón.
Así que el siguiente paso fue adentrarnos en su capacidad de vibración y vitalidad; para ello, pasamos cada uno de estos modelos de negocio por el marco de principios de sistemas vivos. Utilizamos el marco de diseño regenerativo que propone Carol Sanford:
- ¿Cuál es la esencia del cliente?
- ¿Cuál es la esencia del proyecto?
- ¿Cuál es el potencial?
- ¿Dónde «anida»?
- ¿Cómo quiere tu cliente, tu proyecto, la comunidad a la que sirve desarrollarse desde el rol que se siente profundamente llamado a jugar?
Era como ponerse unas gafas nuevas, o como ponerse los sombreros para pensar de Edward de Bono que ya habíamos visto en el programa.
En este punto, los participantes estaban entusiasmados con las posibilidades que abría atender sus proyectos desde cada uno de estos principios, porque los conectaba con una realidad viva: la de las personas y comunidades en las que operaban cuando están en su mejor versión. Pero, ¿por qué esto es tan inusual?
Argumentando la desconexión
Iniciamos una inmersión en nuestro propio ser para entender esta «desconexión». El proyecto The Circle se había planteado desde el origen como una búsqueda de la confluencia de tres líneas de wellbeing o bienestar: emprendedor, creativo, social-ambiental (y por ende en el entorno actual digital). En suma, el punto mágico de «estar a bien» con nuestra creatividad emprendedora era estarlo con nosotros mismos, con nuestro proyecto y lo que demanda nuestro entorno de forma profunda.
Pero esto es aparentemente difícil en el creciente entorno VUCA (en sus siglas en inglés, volátil, incierto, complejo, ambiguo) en que nos movemos, que nos saca de nuestro centro y nos deja en manos de un marco muy primitivo de conducta (estímulo-reactividad).
Aquí de nuevo nos apoyamos en Carol Sanford: ¿qué tipo de capacitación y entrenamiento consciente nos puede ayudar a salir de estos pilotos automáticos e ir rehabitándonos en el marco de sistemas vivos que nos es propio?
Buscando alternativas
Respecto a la capacitación, vimos que necesitábamos aprender a sentirnos cómodas con nuestros proyectos en VUCA, hasta el punto de abrazarlo y bailar en él. Esto es tremendamente contraintuitivo al marco lineal de pensamiento, en el que queremos minimizar la incertidumbre. Así que exploramos un mindfulness para emprendedor creativo, en el que lejos de ser arrastrados constantemente por nuestras proyecciones y condicionamientos, aprendíamos a estar en plena presencia con nuestro rol al servicio de los entornos -naturales y sociales- en los que anidamos. Esto es muy distinto a un mindfulness de «torre de marfil». Es una verdadera acción creativa.
Segundo paso
El segundo proceso, de consciencia, fue el comentado de pasar nuestros proyectos por los principios de sistemas vivos, y ver cómo evolucionaban.
Nuevas oportunidades emergieron de muchísimo potencial y en territorios «océano azul» en la confluencia de los ya mencionados tres círculos en el origen del proyecto The Circle: el bienestar emprendedor, bienestar creativo (proyecto) y el bienestar social (efectos/impacto).
Y conectando estos tres círculos de wellbeing con el trabajo de Regenesis Group en su obra «Regenerative Development and Design», dibujamos el corazón del proyecto emprendedor de impacto.
Tres círculos que se necesitan el uno al otro, pues el emprendedor necesita a su proyecto y su comunidad tanto como a la inversa: una mutualidad coevolutiva. El camino a resultados no lineales, sino exponenciales. El camino al impacto.
Proyectos vivos y en océanos azules
Con todo esto, estábamos listos en la sesión 4 para avanzar hasta llegar a la esencia emprendedora, porque veíamos que la naturaleza de los proyectos que estábamos manejando era muy distinta en unos y otros, hasta el punto que unos se adaptaban bien al business canvas, otros no.
Y exploramos arquetipos emprendedores que conducen a distintas formas de diseñar un proyecto: unos canvas se parecían ahora más a un community canvas, otros al creative canvas de Materahub, otros al tradicional, pero con foco muy marcado en un conocimiento profundo del cliente y la fuerte determinación en la fidelidad a la esencia del emprendedor.
El bienestar digital
Quedaban aún dos temáticas importantes de The Circle. la primera, pasar los proyectos por las lentes del bienestar digital. Y aquí la ambición fue crear una relación completamente nueva con lo digital, ver cómo nos ayuda a ser juntos más humanos (internet nació para conectar personas) y convertir la tecnología en expresión creativa.
Estuvimos explorando recursos digitales colaborativos más allá de Miro, usado permanentemente en este círculo, así como elementos (rituales, símbolos, qué crea estatus) de una cultura digital humana. Fueron muy útiles preguntas como ¿a qué estamos dando estatus ahora que no nos sirve?, ¿cuáles son las nuevas metáforas o historias desde las que queremos vivir?, ¿qué nuevos rituales nos pueden ayudar a poner enfoque y significado?.
Últimos pasos
Y finalmente pasamos el proyecto por dos lentes adicionales: el canvas de sostenibilidad y el canvas social. Aunque en el momento que adoptamos un enfoque de principios de sistemas vivos en el diseño, ya cada proyecto renacía en su «core» con estos aspectos, esto nos sirvió para poner un poco más de foco en elementos de la cadena de valor, por ejemplo, atendiendo oportunidades de economía circular.
Conclusiones
En muy poco tiempo obtuvimos proyectos vivos y en océanos azules, en los que personas, proyecto y comunidad se alineaban hacia la mejor posibilidad futura de cada uno. Esta es la promesa de The Circle, y es posible.