Ana Delgado, Sustainability & Impact Lead de Somos Impacto, reflexiona sobre la necesidad de contar con las organizaciones y entidades para avanzar hacia modelos de consumo más sostenibles, y con el apoyo de Gobierno y Administración, encontrar las herramientas que eviten las prácticas del llamado Greenwashing.
¿Hace cuánto que no llevas a reparar un bolso o unos zapatos? ¿Cuántas tiendas de reparación de este tipo ves últimamente?
Me encontré con la tienda de la foto al salir de un evento del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030: se lanzaba la primera Ley de Consumo Sostenible en España, con una consulta pública que se iniciaba justo el Día Mundial del Consumidor.
Nos explican que esta ley supone dar un paso más. Nos posiciona a la vanguardia respecto al resto de Europa en reparabilidad, plazos de garantías más amplios y otros para asegurar que el consumidor esté menos a merced de lo que considere la industria en general. Es decir, nos protege, al menos un poco, ante la famosa obsolescencia programada.
En líneas generales, pone el foco en que:
Al entrar nos entregaron una Guía de comunicación sostenible para evitar la comunicación engañosa a los consumidores. Es la primera herramienta que se pone a disposición de las empresas en el marco de esta ley.
Está claro que el greenwashing es una comunicación desleal, que pone en desventaja a aquellos que realmente están reflexionando sobre su modelo de negocio y que se están rompiendo los sesos para seguir siendo rentables a la vez que responsables con la sociedad y el medioambiente.
Pero, ¿por qué empezar dando una herramienta de fuera hacia dentro? ¿No sería mejor una que ayude en esa reflexión desde dentro para que esa comunicación hacia fuera fluya real y con argumentos?
Estamos dando pasos, y ojalá empiecen a ser de gigante. Y sobre todo, ojalá no se genere un desaliento por las prácticas desleales que se aprovechan de esto como si de una moda se tratara.
Mientras tanto, nos toca seguir poniendo nuestro granito de arena.
