Talleres II: del diseño a la acción

Si en un anterior artículo te contábamos cómo diseñar un taller inspirador y transformador para tu comunidad, aquí vamos directos a la acción, la puesta en marcha de estos talleres que siempre necesitarán la figura del dinamizador o facilitador, esa persona que velará porque todo fluya y se saque el máximo partido de estos encuentros.

La facilitación: el paso hacia un proceso transformador

Tras el diseño llega el taller, y es puro trabajo de facilitación. Decía Bill O’Brien, ex CEO de Hannover Insurance, que “el resultado de una intervención depende de la condición interior del facilitador”. Vamos como facilitadores sin “estrategia oculta”, no manipular, pero sabiendo bien nuestro rol a jugar:


1) “Sostener” el espacio: el campo de energía adecuado en cada momento, haciendo que el sistema presente enfrente lo que emerja y decida cómo lo va a gestionar en ese momento, desde la escucha generativa y la ”presencia”.

2) Recordando a los presentes que lo que sucede ahí importa: es lo único que podría haber sucedido, como se dice en la metodología Open Space.

3) Retando a pensar diferente: los marcos regenerativos son poderosísimos para mirar desde ellos. Y los atendemos no mucho desde el pasado y sí desde el futuro: vemos de qué hemos de tomar responsabilidad para accionarlo.

Este proceso requiere de las personas participantes: transformación, apertura, escucha y diálogo generativo. Aquí se abre un umbral en el que se entra desde el concepto de “dejar ir”, la práctica de liberar el control y permitir que se desarrollen los procesos naturales.

Este concepto se asocia a menudo con la permacultura, un marco de diseño que imita los ecosistemas naturales para crear sistemas sostenibles y productivos.
En la facilitación sí que hay una parte controlada, que no se “deja ir”, el marco, las preguntas, las que crean las disrupciones que nos abren a la transformación. El facilitador aquí trabaja desde el arquetipo del clown: porque crea el espacio en el que esas preguntas difíciles y poderosas se pueden plantear y manejar. Él no es el importante ahí, pero su rol es imprescindible.

La cosecha: analiza la experiencia

Y finalmente está el outcome, la cosecha. Como todo se ha trabajado desde un marco, encontramos orden y dirección. El reporte no es tan relevante, el outcome se lo han llevado puesto todos los participantes: el taller es en sí una “estrategia transformadora en tiempo real” (Real Time Strategic Change).

Se pierden muchas oportunidades, a veces por desconocimiento, otras por miedo a desatar la fuerza del ecosistema, o por experiencias pasadas muy superficiales en las que todo quedó en nada. Pero esto pasa factura, porque nuestro destino como seres vivos es evolucionar, transformarnos, y cuando no llega esa oportunidad algo en nosotros se rebela. También a nivel organizativo, o de sistema más amplio. El mayor riesgo es no hacer nada.

Abordamos una nueva etapa como sociedad, una necesidad de salto evolutivo, que requiere de este instrumento. Necesitamos menos roles heroicos y más roles de matrona, que permita nacer lo nuevo, y de facilitadores. Todo ello bien pertrechado en Diseño regenerativo y Art of hosting.

¿Quieres conocer más sobre cómo implementar estos procesos regenerativos y transformadores en tu organización? En Impact Hub te ayudamos:

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